sábado, 26 de enero de 2013

Respuesta al artículo "Los Plagios" de Esteban Fernández



Posted: 26 Jan 2013 12:25 AM PST
A mi buzón electrónico llegan diariamente artículos de diferentes temas, fotografías, chistes religiosos, cadenas etc., como a todos los que estamos en las redes informáticas electrónicas actualmente.
Es muy difícil reconocer si un tema ha sido plagiado o no, porque si no se conoce el artículo y su autor, no hay maneras de descubrirlo, a menos que seamos detectives dedicados a esos asuntos. Me llegó el artículo del Sr. Esteban Fernández titulado "Los Plagios".
Después de leerlo, tengo que responderle al Sr. Esteban que estoy de acuerdo que plagiar una obra es un delito y que se sienta molesto porque sus trabajos hayan sido plagiados lo entiendo, pero es imposible que todos conozcamos la procedencia de lo que nos llega al buzón de la internet. Los usuarios no somos analistas literarios, ni detectives, o espías buscando quienes son los que se toman la libertad de plagiar los artículos. Ese es el riesgo de este medio, igual que los que estamos en facebook cualquier día pueden usar nuestras fotos y hacerle algún montaje que nos perjudique.
Cuando el tema es bueno, positivo, y lleva algo de inspiración a la comunidad, se pasa sin saber a quién pertenece. Al Sr. Esteban pueden conocerlo muchos, y esto es debido a la Internet también, pero la comunidad cubana lo conoce debido al periódico 20 de Mayo.
Los lectores no podemos andar con la lupa para conocer de quien es el artículo y si lo han plagiado no, por lo tanto, lo pasamos sin saber si afectamos al autor y esto seguirá así mientras exista este medio y el autor no lo aclare. Parece que el Sr. Fernández lleva la estadística de que es el más plagiado, algo que no creo, porque muchos se quejaron y se quejan de lo mismo.
Como el caso del Sr. DR. LUIS AGUILAR LEÓN con su artículo "Los cubanos y el Profeta". http://www.alexlib.com/LuisAguilarLeon/2000-06-24.htm
Considero que los interesados en proteger sus artículos serían los escritores no los lectores. Muchos conocen que en Washington D.C se registran hasta las ideas, protegiendo con el copyright los derechos de autor. Yo me pregunto ¿Cuál es la satisfacción del que escribe? ¡Que lo lean y que lo conozcan! En eso usted tiene razón, pero ¿Qué culpa tenemos los que lo recibimos alterado sin su nombre y sin saber a quién pertenece y el artículo vale la pena leerlo y hacerle forward? Cuando nos llega un artículo suyo con su foto así lo pasamos, pero si viene sin su foto y sin su nombre ¿Cómo lo adivinamos si no trae sus datos? Nadie de los que leemos por la internet los e-mails, tenemos tiempo de andar buscando quien es el autor de tal o cual escrito si ya llega modificado, o no nos interesa perder nuestro tiempo en eso. La internet es más un medio de entretención que de estudio y análisis. Para el estudio están los Colegios y Universidades. Escriba su dirección electrónica e-mail, su fotografía, y hágalo en PDF sus artículos y verá que no podrán ser plagiados fácilmente. La honestidad del ser humano siempre estará en la balanza de la imperfección y los lectores no somos trabajadores sociales para rectificar esos asuntos, eso le compete a usted y a los que conozcan que esos escritos son suyos. Como escritor proteger sus artículos es su prioridad, pero si se los copian o roban siéntase feliz porque usted no es el único, y porque sus artículos le están dando la vuelta al mundo y si conoce al que lo está perjudicando entable una demanda judicial para que no lo vuelva a hacer, porque el derecho de autor es suyo.
Nosotros como lectores pasamos lo que leemos si vale la pena, porque si no lo borramos. Aunque por mucho que lo registre el que se los va a plagiar lo hace hasta que lo descubran, pero lo único que no podemos los lectores es cohibirnos de enviarlo porque no sabemos quién es el autor. No somos adivinos y no debe responsabilizarnos a los que lo recibimos como vengan, porque no somos trabajadores de protección al copyright y desconocemos quien es el autor que muchas veces no aparece en Google, Wikipedia o Snopes por poner algunos ejemplos, y le ratifico que para que sepan que es de usted, debe poner su correo electrónico como hacen los periodistas de los distintos periódicos que leemos sus artículos en la internet, y que gracias a este medio usted está siendo más conocido aún. Usted está también como la gatita de María Ramos que tira la piedra y esconde la mano (palabras suyas) porque no desea que le critiquen, o elogien, y no tener nada que ver con el público y no se identifica plenamente. Cuando un escritor escribe algo debe brindarle la oportunidad al lector de que le reclame, o le aclare cualquier aspecto, eso se llama responsabilidad, y esa es suya, no nuestra. No todos los usuarios hacen búsquedas por la Internet porque no tienen ni el tiempo, ni le dan importancia a los artículos, si no conocen el autor o de donde procede, y así está el 90 % de lo que reciben informaciones electrónicas. Las personas honestas decimos "esto no lo sabemos así lo recibí y así lo paso y si alguien sabe la fuente que me lo notifiquen" o algo parecido, es todo lo que podemos hacer, pero no podemos cuidarle el derecho de autor sin conocer tales artículos plagiados, cambiados, o adjudicados a otros. Nadie nos puede coartar el derecho de pasar lo que uno considere que debe hacerlo este plagiado o no, porque no somos detectives, ni tan inteligentes como usted para saber cuando algo esta alterado, o plagiado, aunque no conozcamos al autor, porque esto es lo que usted está reclamando. Después que los usuarios conocemos quien es el autor y lo hemos leído de la fuente original, y nos llega alterado, estamos en el ineludible deber de borrarlo. Siéntase dichoso que si paso el suyo en lo que respecta a mí, es porque me gustó, porque cuando algo no me gusta no lo paso, ni conociendo al autor, como sucedió con su artículo "el excusado de oro" que lo consideré totalmente inaceptable, motivando que le enviara una carta al 20 de mayo haciéndole ver su gran error. Tocante a su disertación acerca del anonimato, usted dice en su artículo: cuando la persona recibe un escrito anónimo no debe hacerlo “forward” porque desde niños aprendimos que a los anónimos no les debemos hacer caso. Permítame informarle Sr. Esteban que en USA, existe en el College el anonimato, cuando nos entregan una forma y "anónimamente" hay que decir como ha sido la clase, y la profesora, algo que siempre me he negado, porque cubana al fin, no me gustan los anonimatos, y si tengo que decir algo lo digo claramente y de frente, pero esa era la regla. Cada país tiene su propia cultura que hay que respetar.
Esto lo escribió usted en el articulo "los plagios". "muchos me han dicho: “oh, eso ya lo leí antes, el autor es otro conocido periodista, chico no debes copiarle a nadie”. Si los que dialogan personalmente con usted no conocen la procedencia de sus artículos ¿Cómo usted quiere Sr. Fernández que todos los que recibimos estos correos le conozcamos?
Usted escribió este comentario en su artículo acerca de una persona que le dijo: “olvídate de eso, lo importante es que se lean y que rueden tus escritos”. Bueno, si ese fuera mi gusto entonces yo escribiría anónimamente.
Le señalo que su principal error es que sí está escribiendo parcialmente "anónimamente" porque es muy fácil mover el texto y su foto y debe hacerlo o por un PDF para conservarlo lo mejor posible aunque nada de esto vale a la hora de que un inescrupuloso se lo adjudique a él o a otros. ¿Pero se imaginaria usted que cada persona que recibe un artículo le pregunte primero al que se lo envió ¿quién es el autor, cuando se escribió, donde se publicó por primera vez, quién se lo envió, para poder hacerle forward? Ni usted mismo se lo cree. Por Dios Sr. Esteban Tómelo con filosofía y pídale a sus primeros contactos de donde sale el artículo, que cuando lo reciban, no muevan ni su foto, ni sus palabras, ni se lo adjudiquen a otros para que no nos responsabilice a los que los pasamos sin sus datos, ¡Razone!
alilabar@yahoo.com